Trciantina por Perú

Después del dolor de cabeza, ya todo fue mejor aunque me quedé sin hacer las visitas turísticas planeadas. Fui a la escuela para echar una mano, que es para lo que principalmente había venido. A pesar de que les he repetido mil veces que no soy psicóloga sino pedagoga no hubo forma.  Y como tal me trataron. No me pareció mal porque finalmente fue escuchar a los chavales y darles consejos básicos. Pero fue fantástico: de los 9 con los que hablé , tres se abrieron de maravilla, hablàndome de sus novias, de sus deseos y de una cierta frustración al saber que sus posibilidades económicas no les permitirán salir de donde están. Eso y que muchos de ellos tienen un nivel de lectura de 6 años y dificultades para la comprensión tanto oral como escrita.

Por la tarde tuvimos una gynkana con todos los chavales. Aquellos con los que había hablado aparecieron en su mayoría. Ya se sentían bien.

Debe ser difícil para ellos juntarse con estos venidos de Limaa, tan llenos de buena voluntad, tan monos y con todas las posibilidades por delante. Porque es que encima hacen bien las cosas..

Los juegos estaban perfectamente organizados, todo risa y diversión. Al final les dieron unas pulseras y ropita y ellos tan felices. La vuelta del colegio es emocionante con los niños revoloteando alrededor en esa cuesta demoledora que invita a no ir al cole.
A la vuelta fue con las mujeres que tejen y estuve un par de horas charlando con ellas. Quería que la mama de la niña de ruedas me dijera algo mas. Pero no hubo forma. Supongo que ya me lo había pedido y no me lo iba a pedir mas.
Salió el tema de  las mujeres. En Perú el machismo tiene nombre propio y las muelen a palos. Lo peor es que todo el pueblo lo sabe pero no existen apoyoS para que salgan de ese circulo de violencia.

Hoy por la mañana, el presidente de los comuneros, ese que da nombre a este correo
(Porque tiene nombre de Personaje de gabriel g..) nos doy las gracias en nombre de los comuneros del pueblo, que son los que nos han alojado. Tienen tierras comunales y allí tienen su ganado y a partir de eso, tienen articulado todo un sistema de vida y reparto. El colegio de lima con el que vengo les ha traido sacos de ropa y víveres. Es encomiable  porque no imagino a nuestros chicos cediendo una semana de sus vacaciones. O al menos a los que yo conozco.
Volví a la escuela y en vez de chicos han entrado en mi aula una madre, que me ha contado una vida de palizas e insultos. Y como ahora que, con fuerza, ha conseguido dejar a su marido, sus hijos varones la insultan. En fin.
Terminé con una niña que me contaba lo que está luchando para conseguir estudiar, porque su padre no la deja.

Cuento estos casos y cambio sexo o estado porque realmente podría ser el de muchos por estas tierras
He salido del cole con la sensación de que no sabía si había hecho algo, pero ellos se habían quedado felices. Ni hay nada cono tener un oído